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martes, 13 de septiembre de 2011

EN DEFENSA DE CANDY





Hace tiempo quería escribir algo sobre el anime con el cual crecimos muchas de nosotras, Candy Candy. La razón que me motiva esta entrada, es que a lo largo de los años he escuchado muchos comentarios, en especial de varones, que dicen que esta adorable jovencita era demasiada inquieta por tener muchas parejas (en mi país se les suele llamar 'jugadora'). Es curioso como la percepción masculina suele con facilidad etiquetar a las féminas de una forma despectiva, mientras que a sus pares masculinos con las mismas características, los evalúan con menos rigor.

En defensa de Candy aclararé algunos puntos. Al ser una niña bonita es normal que muchos niños y no tan niños se hayan sentido atraídos por los encantos de esta rubia pecosilla, tan vivaracha, sociable, valiente y de sentimientos nobles aunque de llanto fácil. Esta situación no significa que Candy haya correspondido a todos los interesados y tampoco que los haya alentado.

En cuanto a parejas a lo largo de la historia sólo tuvo dos - record bastante pobre comparado con la vida amorosa de cualquier colegiala de los tiempos actuales y de los de antes -, Anthony y Terry. El primero de ellos, falleció trágicamente y a la protagonista le tomó tiempo superar la partida del amado. El segundo, muy distinto en temperamento y personalidad al anterior, apareció en su vida cuando ella es adoptada por el misterioso abuelo Williams.


Al final de la historia, Terry no puede quedarse con Candy porque tiene un compromiso con la sufrida y patética Susana y se deja abierta la posibilidad de que la heroína rehaga su vida con Albert o con otra persona. Allí se acaba la 'azarosa' y 'escandalosa' vida amorosa de Candy según algunos.

Es verdad que tuvo un amor platónico, al cual ella bautiza como El Príncipe de la Colina (Albert), que algunos niños del La casa de Pony la quisieron mucho, que Archie y Stear la amaron en secreto pero respetaron la relación con Anthony y que hasta el insulso y despreciable Neil la termina queriendo con una pasión encendida, pero son situaciones que dependían de otros y no de las acciones de la protagonista.

Entonces, en realidad no hay por qué considerarla como una chica coqueta, suelta y ligera. Sin embargo, si hay algo que le reprocho al personaje es su excesivo sentido de sacrificio, inmolando su propia felicidad para cubrir las necesidades emocionales de otros, algo poco saludable y recomendable para las y los jóvenes.