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domingo, 31 de octubre de 2010

Recordando a Javier Heraud

Javier Heraud, poeta peruano, cuyos versos al leer se nos muestran familiares y cotidianos, tuvo una vida relativamente corta, que se extinguió cuando tenía 21 años. Y si bien todos lamentamos su pronta partida también somos conscientes que marcó un referente para los escritores e intelectuales contemporáneos a él, quienes empezaron a cuestionar sus propias ideas políticas.
En todo caso, en su breve existencia, intensa y apasionada, nos dejó una poesía muy sentida, muy humana y muy profunda. Recuerdo como me emocionaba al leer el libro que escribió su hermana Cecilia, donde nos describía a un joven alegre, comprometido, bromista, buen amigo y un obsesionado lector.
Un día de verano, mientras esperaba que nos permitieran el ingreso al Museo de la Nación para un taller, me senté y comencé a escribir unas líneas sobre uno de mis poetas favoritos, el entrañable Javier, asociando su recuerdo con la voz de Norma Alvizuri, encargada de musicalizar sus versos.
Humanidad a gotitas
Javier,
como si te conociera…
es que no eres tan extraño.

No sabes cuánto me afecta leer sobre ti;
me emociona, me enternece.

Maldigo el momento en que te nos perdiste
¿Por qué no te conocí?

Hubiéramos sido amigos;
confusiones y dudas compartidas.
¡Quién sabe!

Hubiera terminado
entre pájaros y árboles como tú.

Tu patria amada,
la mía,
la de todos, la de nadie,
es la misma
y es distinta,
sufre tanto o más que antes
(si lo sabré yo, al igual que tú, maestra).

Todos los días
lucho por no caer en la indiferencia
y tomo cada decisión
como si fuera de vida o muerte.
¿Es que las personas no entienden
que nuestras decisiones afectan al resto?

El sol que tanto te fastidiaba,
hace arder más las ideas.
Hermano Javier, humanidad a gotitas,
¿Cuándo volveré a verte?

Tributo, verano de 1999

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